jueves, 24 de mayo de 2012

El café (y Seinfeld)

5 comentarios:

  1. A la ortografía le pasa lo mismo y nadie le hace ningún post.

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  2. Carlos Muñoz Somolinos29 de mayo de 2012, 8:13

    Ay, hija, desde luego que a usted no hay quien la entienda. Pero ya le digo que tengo a la ortografía por amor clandestino, y ni la intento inculcar a mis alumnos ni la quiero compartir con mis lectores.

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  3. Si churras y merinas fueran la misma cosa, nada tendría que añadir a este post sino rendirme a su canto a la esperanza -que no lanzamiento de piedra a la Aguirre- por un mundo más clarividente y justo que el sentimental y tiránico en que vivimos. Pero ni yo soy aguirrista ni the Wire se menta en este post, como medio anunciado me lo tenía; pero tampoco se habla de Fringe más allá del final requiebro. No se identifica el post con mi petición, aunque dos identidades se dilucidan a cambio: la suya (ya ve usted qué cambiante es el mundo de la nominación) con su real bloguera presencia; y... la mía, nueva farsada señorita cuya petición, de tan buena acogida que tuvo, ha pretendido usted de puntillas afrontar, dando si acaso una ramita de la secuoya prometida.
    ¡¿Podría la Loca devenir mujer farsada?! ¿No es más la locura propensa a la confrontación en la polémica que al avinagrado asentimiento que emponzoña aún más nuestros odios y rencores? Pidiendo churras, churras quiere el pastor, que no merinas. Y la airada doncella que yo soy, tan soñadora como capaz de cortar cabezas en una isla de piratas, no pretende comprarlas con una sonrisa. No. Fueran interesantes las merinas que encontrara en el mercado, pero ese hocico tan ancho que tienen.. eso es demasiado para una señorita como yo. Ah, qué buenas carnes dan las merinas, y mejores criaturas paren. Qué seductoras ideas detrás de cada escueta y ágil expresión de este post. Pero a los gruesos hocicos prefiere la Loca las largas lanas de las churras, sus patas cubiertas de pelo grueso, pero de más inocente mirada, si acaso más tonta y menos consabida. No, la Loca no puede seguir por estos derroteros.

    Y es que el verdadero canto a la esperanza debería entonarlo quien menos identidad sobre sus hombros contuviera real y no pretendidamente, el más ligero de los hombres o de las mujeres que con ligeros pasos walserianamente se diera una vuelta por el prado. ¡Ah!, la raigambre, qué feliz estado o qué prisión tan insufrible: sin poder dar saltos ni contonearse en torpe baile ni dar vueltas a servilleteros con la propia mano por ser rama.
    Y es que todo paseo termina, sea la vida o la vuelta a una manzana. Y este, parece, ha terminado:


    por roquedos la lapa se desvive.
    de mareas esclava, peregrina,
    surca sin timón el mar ni doctrina
    otra que el afán porque sobrevive.

    morada como polla que concibe
    busca, mas no es ella quien se encamina
    acá o allá; pues no hay sino marina
    voluntad que a una roca la derive.

    ¡Hete aquí! que me naces, lapa mía,
    fuerte raigambre, salada sinmoción:
    feliz. y, sin embargo, paz infringe

    la calma sin mesura en tu razón.
    quieres zarpar, tú, loca, ¡parte un día!,
    mas húndete, que no encontraste a Fringe.

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  4. Mas llámenme a mí puto enamorado,
    si al cabo para puta no os dejare;
    y como puto muera yo quemado
    si de otras tales putas me pagare,
    porque las putas graves son costosas,
    y las putillas viles, afrentosas.

    "Que el amor será barroco, o no será" et voilà!

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  5. Carlos Muñoz Somolinos22 de junio de 2012, 14:35

    Viejos comentadores a los que nunca respondiera, aquí os respondo: dejen ustedes de una vez de tirarse el pisto y lucir aquí su dudoso ingenio (o el que toman prestado de otros) y láncense de una vez a comentar las finuras que con tanta dedicación les escribo.

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