miércoles, 15 de agosto de 2012

Zodiac y el caos


MGV

Yo no tengo ni idea de números, así que disculpen si toco de oídas, pero creo que será a través de ellos la mejor manera de empezar a hablar de Zodiac.
Supongamos que yo les propongo que continúen la siguiente serie: 2, 4, 6, 8…Como ustedes captan el modelo que subyace, pueden ampliar la serie indefinidamente, aun cuando  conozcan solo unos pocos números. Esto se lo leí yo a una señora que se llama Katherine Hayles en su libro La evolución del caos: «La información que tiene un modelo puede ser comprimida en formas más compactas». Según este razonamiento, mientras más aleatorio o caótico es un mensaje, más información contiene.

O no.
Zodiac es una película policiaca, género obsesionado con la búsqueda de la verdad, la lógica de la pista y la dosificación de la información. Zodiac, además, desde la primera escena, donde se recrea en los tópicos de los asesinatos a pobres diablos —coqueteando casi con las teen movies— promete jugar a ese juego.
Luego la cámara sigue de cerca el recorrido de una carta anónima hasta llegar a la redacción de un periódico. Jake Gyllenhaal (ay), Robert Downey Junior (ayay) y Mark Rufallo (ayayay) en la misma película ¿y quién es el protagonista? Todos ellos juegan a la carrera de relevos y, tras su exasperante metraje, el espectador solo puede acabar volviendo los ojos hacia el testigo que se pasan de uno a otro: la carta, es decir, las pistas, es decir, la información.
Siempre me pareció una cursilada decir que el verdadero
protagonista de una novela es la ciudad, o la casa, o una mesa,
  pero la carta tiene qué se yo, que solo lo tiene la carta.
La información prolifera a medida que avanza la película, constantemente aparecen nuevos detalles que clausuran, reabren y reorientan la investigación, esto es, la propia información acaba obturando la posibilidad de conocer. La estructura de Zodiac, a través desvíos y callejones sin salida, es una estructura ciega, cuyo sentido es inmolar el orden en virtud de un sentido ulterior. Quien quiera entender, tendrá que asumir primero la ausencia de descubrimiento.
No es país para viejos (también «La parte de los crímenes» de la novela 2.666) hacía cosas parecidas. Allí el que se presentaba con todos los honores (códigos) del héroe-investigador-solucionador era Woody Harrelson. Entra en la película mediado el metraje y es introducido, como todos los grandes, de espaldas.  Dos escenas más tarde estaba muerto. Era un señuelo, un falso protagonista introducido para corroborar que ningún héroe podría con el malo. El mal de aquella bestia bardémica era azarosa, solo una estructura medianamente azarosa podía dar cuenta de él y solo una tontuna azarosa, como un coche imprudente en un cruce, podían detenerlo.
Los héroes no matan por la espalda,
ni se presentan de frente.
No es país para viejos y Zodiac y 2.666 hablan de sus recelos con el orden y la causalidad. Las dos últimas, además, nos cuentan sus problemas con la verdad. En ellas, y de ahí la importancia de la series numéricas, la estructura cognitiva de la obra es la obra.
158 minutos de película que se marca el Fincher. Perfectamente podían haber sido 100 y aún así hay días en los que me levanto y solo le pido a Dios una versión extendida.

El "Vuelva usted mañana" de Larra, lo kafkiano de Kafka y la lógica
investigativa de Zodiac se dan la mano en esta prueba de Astérix.

4 comentarios:

  1. Mi querido Manuel, otra reseña llena de 'piezas' para reflexionar y comentar.

    Decirte que a mí Zodiac me resultó interesante en muchos aspectos pero tremendamente fría. Aunque también pienso que era una frialdad intencionada... película analítica... numérica. Un puzle que nunca se reconstruye...

    Me recuerdas que aún no he leído 2666 y lo que me fascinó No es país para viejos... en su primera parte y lo que me descolocó en su segunda (precisamente esa segunda parte creo situarla en la aparición-desaparación de Woody Harrelson).

    Y, por último, ¡benditos los cogotes que nos dejan escenas impresionantes!

    Besos veraniegos
    Hildy

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    1. Querida Hildy,
      Sin duda, era fría. Supongo que, de no haberlo sido, su falta de resolución podría fácilmente vivirla el espectador como traición (yo lo hubiera hecho).
      No hay prisa con 2666. Creo que es una novela que sabrá esperar (aunque quien sabe, igual Bolaño va un día y se desinfla; hay algo raro en él en ese sentido).
      No pude evitar coger precisamente el cogote que compartimos en el curso.
      Más besos

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  2. Bendita la referencia a Asterix, espero alguna más (quizás las pruebas de hércules). Y algún aparte con Fincher, maybe (instarle a que haga una versión de Asterix).

    Benditos también vosotros.

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    1. Ahora que amenazan con estrenar una versión de esas de carne y Depardieu (o más bien de Depardieu y hueso)y que han pasado los JJOO de Londres, sería sin duda el momento de reivindicar los dibujos de Astérix en Bretaña.
      Y yo que creo que has dado en el clavo con ese Fincher dirigiendo Astérix. Lástima que se le haya hecho un pelín tarde a John Goodman para el papel de Obélix. Nada, supongo, que el maquillaje digital no pueda arreglar.

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